Jacarandá (Jacarandá mimosifolia)

Origen: Brasil, Paraguay y norte de Argentina.

Árbol caducifolio, de rápido crecimiento, copa esférica. Su altura va de 6 a 10 m de altura y de 4 a 6 m de diámetro de copa. Puede sobrepasar los 25 m.

Sus hojas son perennes, o caducas con heladas fuertes. Las flores se reúnen en espigas y son azules o púrpura azulado.

La madera se utiliza en ebanistería y carpintería. Posee una madera muy apreciada por sus tonos crema y rosados, empleándose para la fabricación de muebles, y para decoración interior de coches de lujo.

Es un árbol resistente a las condiciones urbanas por lo que está indicado en plantaciones de alineación. Muy adecuado como árbol de calles y parques. Plantado en combinación con la flor de azahar y con Tipuana, su efecto contrastante de floración violeta es magnífico.

Las heladas le perjudican, sobre todo a los ejemplares jóvenes, que llegan a morir. Requiere clima suave en los que no se produzcan heladas y en los que el descenso de temperatura sea esporádico, con heladas débiles.

Necesita lugares a pleno sol. Florece abundantemente en exposición soleada. Rústica en cuanto a tipo de suelo, aunque prefiere terrenos areno-arcillosos que mantengan la humedad. Es resistente a la caliza, pero no a la sal

Necesita escaso mantenimiento.

Para ayudar a endurecer los tejidos frente a los fríos, incorpore sulfato de potasio al suelo dos veces al año (especialmente importante en sus primeros años de vida). En cada aplicación, use una dosis de 20 gr. por metro cuadrado de copa.

Poda de formación y de mantenimiento muy ligeras. No necesita podarse para contribuir a su floración.