Pacará Timbó (Enterolobium contortisiliquum)

Es natural de las regiones tropicales y subtropicales de América del Sur, de majestuoso porte.

Es un árbol de gran tamaño, que llega a alcanzar los 30 m de altura y un diámetro de 2 m en el fuste, aunque se han registrado ejemplares de más del triple de este diámetro. Es bastante heliófilo, por lo que los ejemplares que crecen en asociación o en entornos selváticos tienden a poseer un fuste recto, mientras que los ejemplares solitarios suelen ser tortuosos. La copa es ancha y de forma hemisférica. Es caducifolio tardío. Florece a mediados de primavera, 

El fruto es una legumbre subleñosa, de superficie lisa y de color pardo oscuro cuando madura; de forma circular incompleta, a su aspecto debe el nombre de "oreja de negro". Alcanza los 5 cm de diámetro por 1 o 1,5 de espesor. Presenta el mesocarpio subcarnoso y el endocarpio septado. En su interior se encuentra una doble hilera de 5 a 7 semillas, de forma oval, lisas, con el tegumento muy resistente, de unos 10 x 6 mm. El fruto, capaz de flotar, ayuda a la diseminación por hidrocoria.

El timbó se encuentra desde el sur de Brasil y el noroccidente uruguayo hasta Bolivia y la precordillera. Habita en la selva misionera, en las selvas en galería de la cuenca del río Paraná y de la Plata, en la región chaqueña y en la selva de yungas en su región oriental. En la zona de la yunga es una de las especies dominantes. Aparece normalmente aislado, formando sólo raramente asociaciones. Prefiere suelos húmedos, neutros, y requiere abundante sol. Es de crecimiento rápido.

El timbó se aprecia por su valor ornamental y por la sombra de su ancha copa, que lo hace apto para espacios verdes de gran tamaño y parterres de avenidas. La madera  es liviana y resistente al agua gracias a su resina, por lo que la etnia wichí lo utilizaba para elaborar canoas ahuecando su tronco. El duramen es de color castaño-rosáceo, con la albura amarillenta. Se emplea para aberturas, mobiliario de exteriores, parquet y carpintería de obra y naval.

El fruto y la corteza del timbó son ricos en saponinas, por lo que los pilagá los empleaban como jabón. La corteza contiene además entre un 13 y un 22% de taninos, dándosele aplicación en la curtiembre del cuero.

La raíz es tallada en varias comunidades rurales del Paraguay para la creación de diversos objetos: máscaras, estatuas, pájaros colgantes. Frecuentemente son decorados con pintura o pirograbado.